Queridos lectores, hoy tengo el placer de presentaros una entrevista con la traductora Alice Croce Ortega, experta en el arte de dar vida a obras literarias traducidas del español al italiano. En esta charla, que fue muy emocionante para mí, Alice comparte su experiencia única en el mundo de la traducción y nos desvela los secretos y desafíos tras el fascinante proceso de transponer los colores y sonidos del idioma español a la elegante melodía del italiano.
ALICE CROCE ORTEGA
1. ¿Cómo iniciaste tu carrera como traductora y qué te llevó a especializarte en la traducción literaria?
¡Hola! Empecé… diría que por casualidad: al ser bilingüe, tenía las «herramientas» para hacer un favor a un amigo, luego a otro… Entonces descubrí que se me daba bien y me gustaba, y comencé a estudiar... y aquí estoy.
2. ¿Cuál es la principal diferencia entre traducir obras de ficción y traducir otro tipo de textos?
En las traducciones técnicas, creo que lo primero y principal es la precisión y la claridad (lo que no quiere decir que la escritura no sea importante, ¡eh!). Sin embargo, la traducción de una obra literaria requiere mucho cuidado en respetar al espíritu del autor, su estilo de escritura, el mundo que recrea en su obra... pero son límites muy matizados. El tamaño de la obra, por ejemplo, también influye en la dificultad del trabajo.
3. ¿Cómo enfrentas el reto de mantener el estilo y la voz del autor original al traducir una novela o un cuento?
Con mucha paciencia: sólo leyendo con atención, profunda y cariñosamente se consigue entrar en la mente del escritor y reproducir en otro idioma lo que el autor quiso expresar.
4. ¿Puedes darnos un ejemplo de una situación especialmente difícil o compleja que hayas enfrentado durante una traducción y cómo la superaste?
Recuerdo una de las primeras novelas históricas que traduje: gran parte de la acción transcurría en las galeras del siglo XVI, y con mucha paciencia tuve que estudiar desde cero la jerga marinera, la historia de la navegación de la época... y una parte de los términos sólo los hallé gracias a hermosos dibujos y esquemas de estos magníficos navíos, creados por grandes apasionados a quienes estaré eternamente agradecida.
5. ¿Cómo eliges los libros que decides traducir? ¿Qué es lo que más te atrae de un texto cuando decides trabajar en él?
Elijo los libros según mi gusto personal —cuando puedo elegir—, tras leer los primeros capítulos. Pero creo que lo que más me atrae y mi criterio de elección principal sea la calidad de la escritura. Además, si una novela no está bien escrita, el trabajo de traducción requiere mucho más tiempo y esfuerzo.
6. ¿Cuál es tu enfoque a la hora de investigar y comprender el contexto cultural e histórico de la obra que estás traduciendo?
Si puedo, elijo temas o épocas históricas que ya conozco, al menos de pasada; de no ser así, estudio —no hay alternativas— los aspectos en los que siento que tengo lagunas. Al final, cada palabra que busco se convierte en una oportunidad para nuevas investigaciones y conocimientos, también debido a que soy una persona muy curiosa...
7. ¿Cómo involucras al autor original en el proceso de traducción? ¿Alguna vez has tenido la oportunidad de discutir con alguno de ellos tus elecciones de traducción?
A veces surge la oportunidad; a veces, no. Hay escritores más amables y serviciales, otros más introvertidos... en el segundo caso, si puedo, intento no molestar, salvo que sea imprescindible. Sin embargo, al tratar con una editorial también puede ayudarnos a interactuar con el autor, y es un gran alivio.
8. ¿Cuáles son los retos más comunes que se encuentran al traducir juegos de palabras, modismos o coloquialismo de un idioma a otro?
Siempre trato de mantener estas peculiaridades, juegos de palabras, dialectos, etc. No siempre lo consigo, a veces recurro a una paráfrasis para explicar lo mejor posible... a veces a una nota. Cuando se consigue es una gran satisfacción, ¡pero se necesita un poco de suerte!
9. ¿Cómo gestionas las diferencias culturales y lingüísticas que pueden dificultar o imposibilitar la traducción de ciertos conceptos?
Este también es reto considerable. Normalmente leo todo lo que encuentro sobre el tema —bueno, quizás no todo—, y a veces con esto basta para encontrar la forma correcta de traducir, otras veces es imprescindible utilizar una «nota del traductor».
10. ¿Qué consejo le darías a alguien interesado en convertirse en traductor de ficción?
Leer mucho, amar la lectura y saber escribir bien —y sabemos que las dos cosas muchas veces van de la mano— es quizás incluso más importante que conocer los idiomas.
11. ¿Puedes compartir algún momento especialmente gratificante o satisfactorio que hayas vivido gracias a tu profesión como traductora?
Cada vez que alguien se acuerda de escribir algo bonito sobre la traducción en sus reseñas es estupendo, pero si a nadie se le ocurre pensar en la traducción quizás me sienta aún más feliz porque la mejor traducción es la que parece escrita desde el principio en el idioma en el que la estamos leyendo.
12. ¿Cuáles son tus recursos o herramientas favoritos entre los que utilizas con tus traducciones?
Mi herramienta favorita es el diccionario en línea Hoepli. Wikipedia también me ayuda mucho: al tener tantos idiomas en su enorme archivo, es un gran recurso a la hora de traducir los nombres de personajes, lugares y eventos históricos y actuales. Aunque siempre es bueno comprobar las fuentes, he podido observar que es muy fiable.
13. ¿Has trabajado alguna vez en una traducción junto con otros traductores? ¿Cuáles son las dificultades y ventajas de este enfoque?
No, nunca he tenido semejante oportunidad pero creo que podría ser una experiencia muy interesante, claro que hay que entablar una relación de confianza mutua, porque para mí traducir es un trabajo minucioso y nada se puede dejar al azar.
14. ¿Cómo consideras que la traducción puede influir en la percepción e interpretación de una obra por parte de los lectores de la lengua de destino?
Creo que puede influir mucho: tengamos en cuenta que traducir significa prácticamente reescribir una obra y ponerla patas arriba hasta darle una «forma» distinta, un idioma distinto. Hay que cuidar mucho que esa forma nueva sea coherente con la antigua, y es una operación que, además del conocimiento de las dos lenguas y de la escritura, requiere intuición, creatividad y honestidad intelectual.
15. ¿Cómo ves la evolución de la traducción en el contexto del mundo editorial y la literatura contemporánea?
Me gustaría contestar que ninguna máquina podrá jamás reemplazar a un traductor ni un escritor «humano»; el riesgo real, sin embargo, es que como lectores empecemos a conformarnos con una calidad cada vez más pobre... y si así fuera, todo sería posible.
ENTREVISTA CARLOS PÉREZ CASAS
Queridos lectores,
pasemos ahora a la entrevista a Carlos Pérez Casas, el autor de la novela "El Cirujano", que recientemente captó la atención del público italiano gracias a la traducción de Alice Croce Ortega. En esta conversación, Carlos comparte algunas consideraciones sobre la historia detrás de "El Cirujano" y la experiencia de verlo cobrar vida en un nuevo idioma y cultura.
1.¿Cuál fue tu principal fuente de inspiración para escribir una novela sobre la inmortalidad?
La radio. Un día, probablemente en 2015, mientras desayunaba, escuché dos noticias: la primera anunciaba orgullosa que España había sido el país con mayor trasplante de órganos en Europa; la segunda, que ese verano había sido trágico en las carreteras, con el mayor número de fallecidos por accidentes de tráfico en los últimos años. Ahí me dije: ¿por qué no combinar ambos hechos? ¿Por qué no escribir sobre una sociedad en las que unos deben morir para que otros puedan sobrevivir? ¿Y por qué no convertirlo en un negocio, que es lo que haríamos los seres humanos? Y desde ahí germinó todo.
2. ¿Cuáles son las principales temáticas o mensajes que intentaste transmitir a través de la historia de la inmortalidad en tu novela?
Que la avaricia siempre ha estado presente en nuestra sociedad, eso lo sabemos bien, pero que el consumismo no conocería límites. Especialmente si existe la idea del «yo también puedo». Es preferible cerrar los ojos a las consecuencias negativas del progreso, siempre que no me afecten a mí; si me afectan personalmente, primero llegaría la furia, pero con el tiempo la tendencia será escapar de la trampa, escalar en la sociedad, para convertirse en consumidor, y no en el oprimido por el producto.
3.¿Cómo abordaste el aspecto científico o fantástico de la inmortalidad en tu novela? ¿Qué desafíos o conflictos enfrentan los personajes inmortales en tu novela? ¿Cómo abordaste la noción de inmortalidad desde un punto de vista emocional y psicológico?
Desde luego carezco de conocimientos sobre medicina, así que hice lo mismo que Mary Shelley cuando escribió Frankenstein, ¿qué nociones básicas tengo sobre la ciencia actual? La verdadera causa de nuestra muerte es el fallo cerebral, todo lo demás, según parece, es reemplazable, de modo que decidí que, mientras el cerebro siguiera vivo, no importa por qué medios, la inmortalidad sería posible en mi universo.
Lo curioso sobre los personajes inmortales en mi novela es que no son tan viejos. Algunos superan el siglo de edad, pero no mucho más allá. El reenganche (el procedimiento del Cirujano) es un invento que existe desde apenas veinte o treinta años. Todavía es algo novedoso, pero la expectación es tremenda. El dilema que ahora afrontan estos «inmortales» es la inevitable decadencia de sus cuerpos envejecidos, de ahí su obsesión por la juventud y el atractivo, lo que degeneró el infame surgimiento de los cazacuerpos.
En El Cirujano la inmortalidad se basa en la esperanza, en el «dispongo de otra oportunidad, una mejor». Imbuye de alegría a quienes sueñan con ella, de vitalidad a quienes ya la han experimentado, de miedo a quienes sienten las miradas codiciosas sobre ellos (sobre sus cuerpos).
4.¿Exploraste el concepto de ética en la obtención o el mantenimiento de la inmortalidad en tus personajes? ¿Cómo abordaste las cuestiones morales relacionadas con este tema?
Así es. Esto es parte de ese iceberg que nunca se ve en las novelas. Ya que se necesitaba un cadáver en buen estado para que alguien fuese reenganchado, tan pronto como la inmortalidad surgió, también lo hicieron una serie de leyes. Leyes bienintencionadas. Sin embargo, como siempre, apareció la corrupción. La oferta de cuerpos era escasa; las demandas de esos consumidores que mirarían hacia otro lado, extensas. La posibilidad de hacer negocio con la inmortalidad desencadena los eventos que se leen en El Cirujano.
5.¿Hay algún personaje o historia dentro de tu novela sobre la inmortalidad que te haya involucrado especialmente o que consideres el núcleo de la narración?
Curioso. Gilberto es el protagonista de la historia, es a él a quien seguiremos los pasos en esta novela corta. No obstante, es un rebelde cada vez menos idealista, un outsider que dicen los yanquis. De modo que el personaje más involucrado es Inaya, una colaboradora/rival del protagonista. Ella es a la vez víctima, consumidora y cómplice de los males que padece el mundo. Ha caído en una trampa de la inmortalidad, y eso le fuerza a seguir adelante y abandonar su moralidad por el camino. Ella ha asumido perfectamente lo que el nuevo mundo exige a quienes sobrevivirán.
6.¿Cómo imaginas que reaccionaría el mundo si la inmortalidad se convirtiera en una realidad? ¿Has reflexionado sobre cómo esto influiría en la sociedad y la cultura?
Surgiría un problema inmediato: escasez de recursos debido a la superpoblación. Ya somos... ¿siete mil millones?, ¿ocho mil? Una reducción de la mortalidad sólo agravaría el problema. De modo que... ¿qué prefieres, una respuesta optimista o una pesimista?
Si somos optimistas, esa escasez de recursos llevaría a una colaboración en dos frentes: un mejor aprovechamiento de los recursos existentes, y una considerable inversión en exploración espacial para obtener, en primer lugar, nuevos recursos, y, en segundo lugar, planetas habitables. Sin embargo, creo que el exponencial crecimiento de la población recuperaría el problema de la escasez. Lo cual me lleva a mi respuesta pesimista.
La escasez de recursos llevaría a guerras por el control de los restantes, lo que se traduciría en matanzas masivas. Las elites del bando exitoso establecerían un firme control sobre la tecnología de la inmortalidad (ya he desarrollado algunas ideas al respecto) que provocaría una perpetuidad de la tiranía, de la cual a menudo sólo nos libra la muerte del dictador, como ya expuso Richard Morgan en Carbono Alterado.
7.¿Cuáles fueron los principales obstáculos creativos que encontraste mientras escribías una novela sobre la inmortalidad? ¿Cómo los superaste?
Tiempo. A los escritores nos gusta mucho hablar sobre técnicas para diálogos, para personajes memorables, para tramas repletas de giros enrevesados... Sin embargo, he aprendido que la única fuerza que conoce la creatividad es sentarse frente al teclado y escribir. Escribir hasta terminar la novela. Y luego editar, por duro que resulte. Fuerza de voluntad es el arma que necesitas frente al «no tengo tiempo».
8.¿Realizaste investigaciones específicas sobre la inmortalidad o temas relacionados para escribir tu novela? ¿Qué fuentes o enfoques utilizaste para hacer creíble o fascinante la idea de ser inmortal?
Lo cierto es que no mucho. Descubrí que existen algunos órganos que aún no pueden trasplantarse, y que el sistema nervioso dista mucho de que reciba una solución temprana. Pero me dije «es ciencia ficción, asume que alguien resolvió el problema». A veces es lo mejor, usar aquello de «lo hizo un mago».
9.¿Cómo ves la relación entre la inmortalidad y la búsqueda de la felicidad o el significado en la vida, tanto para los personajes de tu novela como para la sociedad en general?
No veo una relación directa. Hay gente que vive noventa años idénticos y lo llama vida, cuando no lo es. Hay quien murió en un accidente de tráfico a los treinta y dos, enamorado y con buenos recuerdos. La felicidad es algo psicológico, no temporal, quien no sabe ser feliz, porque no disfruta del ahora, poco importará si vive varios siglos.
Cierto es que surge la duda acerca de sobrevivir a tus seres queridos, fuente innegable de sufrimiento, pero eso es la vida: sufrir en los malos momentos, superarlo (con o sin ayuda) y seguir adelante, en busca de nuevas razones para ser feliz. Siempre hay alguien que conocer, un lugar que visitar, una pasión que descubrir, una causa por la que luchar...
10.¿Cuál es tu punto de vista sobre la importancia del trabajo del traductor en hacer que tu obra sea accesible a una audiencia internacional?
Sin traductor, una novela es el interno de una prisión idiomática. Sí, soy español, y mis palabras pueden trascender más allá del Atlántico, pero también me topo con murallas y fronteras. Ahí es donde Alice viene con una lima para quebrar los barrotes de mi prisión. La labor de un traductor es fundamental para que nuevos ojos tengan acceso a tus palabras. ¿Quién sabe si tu historia cobrará más relevancia en otro país, porque asumen los conceptos que presentas en ellos? La saga de Geralt de Rivia habría muerto en la fría y húmeda Polonia de los años noventa si nunca se hubiese traducido al inglés, por ejemplo. Eso lo hizo posible un traductor/a.
12.¿Has tenido la oportunidad de trabajar directamente con un traductor durante el proceso de traducción de tu obra? Si es así, ¿cómo fue esa experiencia?
Fue la propia Alice quien tomó la iniciativa para traducir El Cirujano a Il Chirurgo. Ya habíamos trabajado antes con El alguacil (Il bargello), y como ella se mueve mucho por el mundo editorial, detectó una oportunidad con la editorial PubMe. Es la única traductora que conozco, pero supongo que es un rara avis, porque su dedicación ha sido fundamental para navegar hasta puerto seguro.
13.¿Cómo abordas los desafíos relacionados con la traducción cuando tu obra se transpone a otro idioma? ¿Existen elementos o conceptos específicos que te preocupen en la traducción?
Ay, los coloquialismos... Esas expresiones locales que has asimilado durante toda tu vida y de repente alguien se sorprende con cara de «¿De qué estás hablando?». Es algo que no percibes hasta que sales, ya no de tu país, sino incluso de tu ciudad. Para ganarte a los lectores debes hablar su idioma: quieren un lenguaje que les conmueva, pero que sea legible; que las ideas se formen en su cabeza, nada de pararse a reflexionar sobre qué significa una palabra... Ahí es donde una traductora te ayuda muchísimo, pues como también escribe tu obra, aporta sugerencias sobre cómo decir esto o lo otro, lo cual contribuye a una mejora de la calidad literaria que yo por mí mismo no hubiera logrado.
14. ¿Has tenido la oportunidad de revisar y aprobar la traducción de tu obra a otros idiomas antes de su publicación? ¿Cómo te sientes al respecto?
No. Hubo una colaboración con un traductor portugués, pero fue una tiranía por su parte. La obra, también fue El Cirujano, salió de su mano y sin mi supervisión (no hablo portugués, pero un vistazo le podría haber echado). Ahora está en algún lugar de Amazon, ocupando kilobytes y poco más. Fue una lección para saber con quién trabajas.
15.¿Cómo manejas las diferencias culturales y lingüísticas cuando tu obra se traduce? ¿Has intentado proporcionar instrucciones o directrices específicas al traductor?
Más bien al revés. Ha sido Alice la que ha acudido a mí cuando necesitaba que le aclarase una duda o sugería un cambio en la escritura. «Se entiende mejor así». Me parece perfecto. Es como el profesor de Matemáticas: a Pitágoras no debería molestarle cómo enseñen sus descubrimientos, siempre y cuando el alumno los comprenda.
Apoyarse en tu traductora es el pilar más básico de la difusión en lengua extranjera. Ella es la nativa, tú eres el extranjero. Y en Roma se ha de ser romano.
16.¿Cuál es tu nivel de participación en la selección del traductor para tu obra? ¿Prefieres tener un papel activo en esa elección?
Aquí dependerá de si trabajas como autopublicado o a través de una editorial. En el primer caso, no deberías fiarte del primero que aparece (como ya me ocurrió) y mostrar meticulosidad en el proceso de selección: referencias, trabajos previos, que te hable en tu propio idioma sin dificultades... Luego consiste en hablar, se extrae mucha información sobre una persona a través de lo que dice (o escribe).
En cambio, en editorial... Lo más probable es que te presentan opciones (tal vez una sola) y tengas que afrontar lo que salga. Confías en que escojan alguien competente, porque la editorial es un negocio que no desea presentar un mal producto, pero lo que he visto en España (incluso en editoriales grandes) hace que rezar se convierta en una opción.
17.¿Qué opinas sobre la idea de que una traducción pueda influir en la interpretación de tu obra por parte de lectores de diferentes culturas? ¿Lo consideras un desafío o un enriquecimiento?
Curiosa pregunta... ¿Es la traducción la que influye en diferentes culturas, o simplemente es un vehículo para transmitir el mensaje original? Me decanto por la segunda opción, por lo tanto, la traducción a una nueva lengua es un enriquecimiento. El desafío lo afronta el traductor, que debe transmitir el mensaje procedente de una cultura extranjera.
18.¿Has tenido experiencias en las que la traducción de tu obra haya dado lugar a cambios significativos o controversias en comparación con el texto original? ¿Cómo has enfrentado esas situaciones?
De momento sólo he experimentado dos situaciones. Por un lado, buena traducción, fiel al mensaje y libre de controversias. Por otro lado, una traducción en la que no participé, y cuyo resultado no puedo analizar bien porque el idioma se me escapa. Supongo que esta es una pregunta para mi yo futuro, cuando tenga más obras traducidas y pueda ofrecer una respuesta que ayude a otros escritores.
19.¿Cómo te sientes acerca de que tu trabajo pueda ser apreciado por lectores de todo el mundo gracias a la traducción? ¿Influye esta perspectiva en tu escritura?
Interesado por nuevos idiomas, nuevas posibilidades. Italia es un poco el conejillo de Indias (sois los primeros), pero pienso extraer toda la información posible, para saber qué demandáis, y qué os apasiona.
Y sí, me ha proporcionado un nuevo empuje. He tenido años difíciles en los que no he podido escribir «por falta del tiempo» (la eterna excusa). Exámenes estatales y trabajo reclamaban mi atención. Lo único que hice durante estos años fue preparar argumentos para futuros proyectos (al menos media docena son factibles). Por fin, en junio, fui libre. Y en julio no hice nada. Sin embargo, las conversaciones con Alice acerca de Il Chirurgo me despertaron de mi sopor, de modo que me he lanzado de nuevo a la escritura, y voy a buen ritmo.
20.¿Qué consejos o consideraciones tendrías para los autores que ven sus obras traducidas por primera vez?
Que no mueran de nervios. Que atiendan los mensajes de su traductora. Que la dejen trabajar, pues es ella quien habla el idioma. Que no la atosiguen. Que le concedan la libertad que requiere la creatividad, del mismo modo que ellos disfrutaron de libertad creativa al escribir su propia novela.
Queridos lectores,
muchas gracias por acompañarnos en esta interesantísima escapada en el mundo de la literatura y la traducción. Un cálido agradecimiento a la talentosa traductora Alice Croce Ortega, quien entrelazó con habilidad las palabras de Carlos Pérez Casas en un complicado mosaico de emociones y significados, brindándonos la oportunidad de experimentar la magia de sus historias en italiano. Una cariñosa despedida y un sincero agradecimiento al autor Carlos Pérez Casas por compartir su inspiración y arte. Juntos hicieron posible un precioso viaje literario.
Elisa Averna
¡HAZTE CON LA NOVELA DE "EL CIRUJANO" YA!
Descripción
Primero, inventó la inmortalidad. De la noche a la mañana, todo el que era joven se esforzaba por no aparentarlo: nadie quería ser víctima de los cazacuerpos. Después, creó los cuerpos artificiales: ya nadie tuvo que temer.
Ahora, el Cirujano ha ido más allá.
Gilberto es un espía corporativo y su objetivo es robar el secreto del reenganche corporal y los cuerpos artificiales. Sin embargo, todo se desmorona cuando es descubierto por el mismísimo Cirujano. Para sorpresa de Gilberto, no lo entrega a las autoridades ni ordena su asesinato; en su lugar, sale huyendo. ¿Por qué?
La sorpresa da paso a la intriga; la intriga, a la sospecha. La persecución dura poco. Ahora el creador de la inmortalidad yace inmóvil sobre el asfalto. Sus últimas palabras son una súplica para que no lo recuerden como un monstruo que condenó a la humanidad.
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Carlos Pérez Casas (Zaragoza, 1989) es profesor y escritor. Es Licenciado en Historia y obtuvo el Máster en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza. Desde entonces empezó a extrapolar sucesos históricos (o aquellos que nunca llegaron a cuajar) en diferentes ambientaciones, especialmente en la ciencia ficción. Compaginando docencia y escritura, ha publicado tres novelas hasta la fecha: El Señor es mi pastor (2015), que narra los deseos de libertad de un mundo minero bajo el gobierno de corporaciones; El alguacil (2016), una historia de supervivencia que se transforma en un ajuste de cuentas entre vecinos; y El Cirujano (2018), donde la muerte del creador de la inmortalidad precipita la carrera para controlar el mercado de la vida eterna. También es un fiel participante de la iniciativa NaNoWriMo.